Fisioterapia acuática

Aunque el agua se haya utilizado terapéuticamente durante siglos, sólo en los últimos tiempos se ha extendido su empleo en la rehabilitación.

Tradicionalmente, la terapia acuática se ha limitado a los hidromasajes empleados para tratar heridas o para aplicar termo o crioterapia. Sin embargo, las propiedades de flotabilidad y resistencia del agua la convierten en una herramienta útil para los especialistas en rehabilitación.

Las ventajas de rebajar la fuerza de la gravedad y de la inmersión en un medio resistido son por todos conocidas, y el empleo del agua como medio rehabilitador se ha ido extendiendo.

Como resultado, el corpus de conocimientos sobre la rehabilitación acuática ha crecido exponencialmente.

Como con otros métodos de ejercicio terapéutico, es importante señalar que el agua es una herramienta, con ventajas y desventajas.

No todos los pacientes son candidatos para la rehabilitación acuática. Los puntos fuertes y débiles de cada modalidad de tratamiento deben ajustarse a las necesidades del paciente. Como el agua es un medio único, se aconseja al terapeuta que se meta en la piscina y experimente los efectos de los distintos ejercicios antes de prescribirlos a los pacientes. A menudo, los ejercicios que parecen sencillos pueden ser bastante difíciles, y los ejercicios que son difíciles de practicar en seco son fáciles en el agua. Los músculos estabilizadores del tronco tienen que trabajar en la mayoría de los ejercicios de brazos y piernas, y representan una tarea muy distinta a la misma actividad realizada en seco.

PROPIEDADES FÍSICAS DEL AGUA

Las propiedades físicas del agua permiten al terapeuta contar con innumerables opciones para la elaboración de programas de rehabilitación. Debe estar familiarizado con estas propiedades y con los efectos intencionados o no intencionados que pueden resultar de su interacción. Por ejemplo, el efecto de la flotabilidad sobre la marcha radica en que descarga parte de la fuerza de la gravedad, lo cual reduce el trabajo físico de la deambulación. Sin embargo, esta reducción tal vez se contrarreste con la resistencia frontal que ofrece el agua. Por tanto, el terapeuta y el paciente deben definir con claridad los objetivos de todo ejercicio acuático para garantizar el progreso y consecución de los objetivos funcionales generales.

Flotabilidad

El principio de Arquímedes establece que todo cuerpo sumergido en un líquido experimenta un empuje vertical hacia arriba equivalente al peso del volumen de líquido desalojado. Por tanto, en vez de haber una fuerza descendente producto de la gravedad y el peso corporal, las personas sumergidas en el agua experimentan una fuerza ascendente (es decir, la flotabilidad) relacionada con la profundidad del agua y la gravedad específica. La gravedad específica de un objeto (o una persona) es su densidad respecto a la del agua. La gravedad específica del agua es casi exactamente 1 g/cm3; por tanto, todo lo que posea un centro específico superior a 1 g/cm3 se hunde, y, si no, flota. Esta propiedad constituye la base científica del peso hidrostático para determinar la composición del cuerpo.

La gravedad específica de una persona se determina por la relación entre la masa corporal magra y la grasa corporal. Es más probable que las personas con un índice relativo mayor de masa corporal magra se hundan y las que tienen mayor proporción relativa de grasa tengan tendencia a flotar. Estas diferencias pueden equilibrarse mediante el uso apropiado de la profundidad del agua, el material de flotabilidad y el equipo de pesas acuáticas.

La flotabilidad actúa mediante el centro de flotabilidad, que no es sino el centro de gravedad del líquido desplazado. Si el peso del cuerpo y el peso del líquido desplazado son desiguales, se produce una rotación del centro de gravedad hasta alcanzar un equilibrio. El momento de la flotabilidad es el producto de la fuerza de flotabilidad y la distancia perpendicular del centro de flotabilidad al eje de rotación. Como sucede en seco, cuanto mayor sea la distancia, mayor será la fuerza necesaria para mover la extremidad.

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