Como todos los años por estas fechas, en casa nos dedicábamos exhaustivamente a preparar las vacaciones de semana santa. Lo de vacaciones es un decir porque eran días de un absoluto ajetreo. Disponíamos de un pequeño estudio en Alicante y como siempre una semana antes nos desplazábamos toda la familia a poner el estudio en condiciones. El sábado después de comer, llené el depósito del coche y salimos por la autopista hacia Alicante.
Los niños dormían en el asiento trasero y yo escuchaba la radio para distraerme. Al pasar Tarragona había unos controles de tráfico y tuve la mala suerte de que me pararan, más que nada por el inconveniente del tiempo perdido y que los niños se despertaron y no atendían a razones, querían agua, querían comer, querían salir del coche… Me pidieron toda la documentación del vehículo así como mi permiso de conducir.
El agente marchó con toda la documentación hasta un coche patrulla y después de un buen rato volvió hasta nosotros.
– Todo en orden, pero debería pedir hora para la renovación del carnet.
– La renovación ¿.
– Le quedan 12 días de carnet, si le para algún compañero después de la fecha, le sancionará seguro.
– ….
– Que tengan un buen viaje, puede continuar.
Ya me había estropeado el viaje, ahora pensaba en qué momento podría hacer la renovación, el lunes tenía reunión en la empresa, el martes había quedado para comprar un tresillo para casa, el miércoles…. Debía reajustar la agenda y ahora tampoco podría resolver nada.
En la primera área de servicio que encontré paré el coche, los chichos merendaron y estuvieron un buen rato jugando. Yo seguía dándole vueltas a la renovación del carnet de conducir.
Llegamos a media tarde y después de hacer la compra distribuimos las tareas para acondicionar el estudio y airearlo, revisé agua, luz, el calentador, la nevera… en el cuarto de los niños estaba el viejo ordenador, cada año parecía más una reliquia, pero lo cierto es que funcionaba. Después de cenar los chicos fueron hasta la playa a jugar un rato y aproveché para encender el ordenador. Lo más práctico era utilizar un buscador, para situarme, introduje el texto de búsqueda “carnet de conducir Girona”, fue instantáneo las primeras referencias de la búsqueda eran del Centro Médico Jaume primer.
El centro estaba en el centro de Girona, estuve mirando los horarios y las Tarifas. El precio era muy razonable teniendo en cuenta que además de las revisiones médicas, se ocupaban de gestionar toda la documentación directamente, era lo que necesitaba, disponía del tiempo justo para la tramitación.
El lunes siguiente, pude escaparme media hora de la reunión, tiempo suficiente para realizar las pruebas médicas y gestionar los trámites administrativos, de hecho, el propio centro se encargaba de trasladar toda la documentación a Tráfico, únicamente debía esperar la llegada del nuevo documento, mientras disponía de un comprobante que me permitía conducir. El jueves salimos de casa rumbo a Alicante, iba tranquilo y despreocupado, teníamos 4 días para descansar.