Hablar en público – el entusiasta

Hablar en público delante de una audiencia tiene algunas desventajas.

Estamos siempre sujetos a la aparición de un tipo de asistente que a veces es complicado controlar: el entusiasta.

El entusiasta ha oído hablar de nosotros, nos viene a felicitar (de antemano) antes de la presentación, sacude enérgicamente la cabeza cada vez que estructuramos la menor frase y se dirige en voz baja (o no tanto) a los de su alrededor, reforzando justo lo que acabamos de decir o comentando lo “buenos” que somos.Lo peor acostumbra a llegar a la hora de las preguntas. Él siempre preguntará, no sin hacer una introducción compleja y a menudo laudatoria.

¿Es un problema?

Depende de cómo lo gestionemos. Si ya lo conocemos de otras ocasiones, lo mejor es hablar con él al principio y intentar sentarlo en una zona lo menos dañina posible. Se le puede decir que deje espacio delante para los que es la primera vez, por ejemplo.

Podemos decirle que le vemos al final, y eso reducirá su ansiedad. Y si la pregunta es muy larga, córtale con cariño, pero con firmeza.

De otra manera, te dejará sin tiempo para los demás. Al final puede que sea necesario recordarle que debe dejar participar a los demás. Si crees que ha llegado el momento, hazlo también. Si eres educado, te perdonará.

De todas maneras, o pierdes un admirador o una presentación. Tú escoges….

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