La quijotada,la sobrina y el cura

Y donde hay una quijotada siempre hay una sobrina que le quiere poner sensatez a la situación,un cura que “lo sabía todo” y si nos falta el barbero es porque se ha reciclado en esteticién y, ya, no vive en el pueblo sino en la capital.
Que una señora, guiada por sus buenas intenciones, se ponga a retocar un fresco deteriorado que ni existe en el catálogo de obras de arte de la comunidad de Aragón, y lo desfigure por completo solo obedece a un motivo.Que esta ciudadana tiene el corazón como un pan de candeal y bastante más sensibilidad que los organismos públicos responsables del tema. Lo malo es que con buenas intenciones no se dominan los pinceles.
Y esta señora, tal vez, también enloquecida con tanto anuncio de fascículos de pintura, que que te enseñan a pintar como a un Miguel Angel en tiempo record, se lanzó a enderezar el entuerto, dejando el rostro del Nazareno de un afro Jimy Hendrix irreconocible, listo para las manos del barbero-esteticién.

Y la señora dice que el cura “lo sabía todo” y la sobrina dice que obraba de buena fe. Hombre, si hubiera obrado de mala fe, no se hubiera molestado en arreglarlo.Lo habría arrancado de la pered y lo vende directamente a un anticuario sin escrúpulos.
Y la autoridad local quiere emprender acciones legales contra la quijotada de esta señora. Las acciones legales las tendrían que emprender los ciudadanos contra la autoridad local por dejadez de sus funciones, porque restaurar un fresco de ese tamaño seguro que vale menos que la famosa mesa que se compró el consistorio de Zaragoza.
Pero puestos a desvariar, ya que en este país se lleva eso, tal vez la quieran acusar de estar en negociaciones con la Galería de subastas Christies, porque esto ya no lo superan ni los guiones de Berlanga.

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