Todo evento de carácter familiar es una ocasión que requiere ser organizado y planeado, más aún, cuando se trata de una boda. Una boda es un gran reto.
Todos estos pormenores, deben ser estrictamente programados en un cronograma, para que ninguno de estos aspectos quede por fuera ni al azar. El día de la boda, sebe ser el reflejo de una adecuada y trabajada planeación, ya que son innumerables los quehaceres pendientes por decidir y delegar. Las invitaciones, la iglesia, el salón, los ajuares, la comida, el diseño de la decoración, los licores, la música, el ponqué, son miles de detalles que hay por trabajar y organizar. El tiempo es un aliado cuando se programan las decisiones, o un factor en contra, cuando aplazamos decisiones o determinaciones para el final.
La mejor forma de planear esta clase de eventos y evitar que algún detalle se escape y quede como un lamentable olvido, debe hacerse una lista minuciosa, que cubra todos los aspectos por sencillos o pequeños que parezcan. Todos y cada uno, van a determinar el éxito de la organización. Un cronograma y una agenta de actividades nos darán una valiosa colaboración para el control.
Otros factores como el diseño y ajustes en el vestido de la novia, son aspectos que no se pueden dejar para última hora, así como el vestuario de las damas de honor, del novio, los pajecitos y el padrino. Definitivamente, el tiempo es fundamental y la forma de controlar el tiempo, la organización y el que no se escape ningún detalle, es la elaboración y seguimiento de un cronograma.
Se debe tener en cuenta que los lugares en donde se pretendan realizar la boda, y el salón de eventos, no están todo el tiempo disponibles. Así que es una de las primeras actividades, es el de reservar el día y la hora, ya que deben coincidir perfectamente. Lo mismo ocurre con el servicio de restaurante, personal de atención, los músicos, todo debe coordinarse con una impecable sincronía.
Por más cuidado, planeación y control sobre los preparativos, siempre hay circunstancias y situaciones que se nos escapan de las manos. Un contratiempo con el vestido de novia, las tarjetas, el restaurante, o cualquiera, siempre se debe actuar positivamente, buscar alternativas y manejar el estrés, es uno de los mejores consejos ante estas situaciones. Un Plan B, siempre es necesario.
Las decisiones y las eventualidades de último minuto, siempre se deben esperar. Son los momentos de calma y no se debe permitir que inunden el ambiente de estrés o conflictos que solo empañará el día que debe ser el más feliz de la vida. Siempre se debe tener más opciones, facilita el cambio de decisión a última hora.
El preparar bodas, es una gran tarea con muchos deberes y decisiones que tomar. Un cronograma y una agenda con actividades es un gran recurso para evitar que algunos detalles se escapen o queden inconclusos. Lo ideal para novias, es contratar una empresa especializada que se encargue de esos detalles. La idea es pasar una fiesta inolvidable en alegría.