Una buena iluminación es necesaria para la vida

La iluminación es esencial en los ámbitos cotidianos, no solo por motivos de claridad sino también por razones incluso psicológicas. Está demostrado científicamente que existe una sustancia denominada serotonina que, cuando se segrega en baja cantidad a consecuencia de la falta de luz, puede producir estados depresivos. Pero también hay que saber dosificar bien todos los componentes. No siempre realizamos las mismas tareas, ni todos los eventos pueden ser iluminados con el mismo tono. Por eso, resulta recomendable disponer de diferentes focos de luz y utilizarlos en el momento adecuado.

Un salón, principalmente, es una habitación de estar, un sitio de relax. Por eso, la luz ideal para esos momentos es una tamizada. Las lámparas de pie, cuyo haz se puede dosificar, resultan idóneas para tal función. Si, en un momento dado, necesitas más claridad para leer, por ejemplo, basta con graduar la iluminación. Aunque esto no obsta para que se encuentren dispersos por la estancia diferentes focos de luz. No pueden faltar asimismo las lámparas de techo, obligatorias para eventos de compromiso u ocasiones tales como el de realizar una limpieza a fondo. Son muy útiles también las minilámparas adosadas directamente a la pared para crear ambientes.

Si seguimos andando y pasamos al dormitorio, la cosa cambia. La iluminación debe variar en función del recinto. Aquí todo se vuelve más íntimo y acogedor. No resulta necesario que la luz proveniente del techo, siempre útil, sea muy fuerte. Además se admiten mejor los diseños alegres y fantasiosos. Cobran especial protagonismo las lamparitas de noche, cuya luz debe situarse en un punto intermedio entre la claridad y la suavidad. Puedes jugar, al igual que en el salón, con apliques de pared de motivos divertidos, tales como lunas y estrellas de colores. En caso de que poseas un espacio apartado dedicado al estudio, ya sabes que las lámparas de brazo son las más útiles.

Seguro que te estarás preguntando: ¿y el baño? Pues esta habitación necesita también una iluminación inteligente, es decir, no demasiado agresiva pero sí que sea suficiente para poder realizar tus labores cotidianas de aseo personal. Para ello, nada mejor que disponer estratégicamente focos de luz o halógenos movibles que apunten directamente hacia lugares estratégicos. Además puedes complementar la claridad con luces específicas en el tocador o alrededor del espejo. Si tienes la suerte de contar con un cuarto de baño amplio, añade más luminarias en sitios concretos y vitales para ti.

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