Ropa Corporativa: una estrategia de marketing efectiva

Gran parte del éxito comercial se debe al marketing. Obviamente deben aplicarse distintas estrategias de medios para cada circunstancia, adecuadas a la idiosincrasia de quienes va dirigida; ésta última es la más importante.

Chile, un país con riqueza económica y donde proliferan las marcas y productos tanto criollos como extranjeros, cada día toman más brío la utilización gradual y sistemática de herramientas de branding constituidas ya como un canon habitual a toda empresa seria.

Pero cuando de branding se trata, lo más utilizado para este fin no es otra cosa que la ropa corporativa. Sí, toda buena empresa chilena tiene a sus equipos de trabajo perfectamente uniformados, en el caso de los empleados que tienen diariamente una directa relación con los clientes, como en el caso de los vendedores de tiendas, quienes, como mínimo, utilizan siempre polleras de pique de color corporativo, las cuales casi siempre llevan bordados algún eslogan o francamente el logo de la empresa.

De este mismo modo, gracias al Tratado de Libre Comercio con China, han aumentado las importaciones de ropa a granel. Pero como los negocios son de por sí una concatenación de hechos, proporcional y directamente han aumentado negocios como el bordado y estampado de ropa, como también la reventa de todos estos servicios y productos.

La ropa corporativa juega un papel preponderante a la hora de mostrar seriedad, uniformidad y el aspecto de empresa con trayectoria y proyección. Las empresas que no utilizan la ropa corporativa, generalmente usan la vestimenta formal para entregar a sus clientes uniformidad pero con elegancia.

En Chile se habla de que “un buen vendedor es capaz de pintar las piedras y venderlas”: de eso se trata la ropa corporativa; la idiosincrasia del chileno es así, tendiente a favorecer y a inclinarse por una marca que demuestra ser lo más limpia y uniforme posible, aunque el servicio de atención al cliente no sea el mejor.

Como en todas las cosas, no hay que abusar: hay empresas que, movidas por el mal gusto, la mala asesoría o la ausencia total de ésta, caen vulgarmente en la implementación de ropa corporativa total y completamente fuera de lugar, como en el caso de algunos locales de comida rápida. La apuesta seria debe ir dirigida, siempre, en todos los casos, a la utilización de ropa corporativa formal, sin muchos colores, abogando más por la presentación y la uniformidad ante los clientes antes que tratar de sorprenderlos o caerles en gracia; para eso están los regalos publicitarios.

Sea como sea, lo más importante será aplicar estrategias de medios enfocadas a la idiosincrasia de los clientes y adecuándose a las circunstancias del momento, porque la diferencia entre perder y ganar, tener altos o bajos ingresos y márgenes de ganancia, será siempre cuestión de apariencia.

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